
Las críticas mutuas entre trotskismo y estalinismo surgen de diferencias profundas en la interpretación del marxismo, los objetivos estratégicos de la revolución socialista y la dirección del movimiento comunista internacional. Estas corrientes se desarrollaron principalmente tras la muerte de Lenin y el ascenso de Stalin al liderazgo de la Unión Soviética. A continuación, se exponen las principales críticas de cada corriente hacia la otra:
Críticas del trotskismo al estalinismo:
- Teoría del «socialismo en un solo país»:
Trotski rechazó la idea estalinista de que el socialismo podía consolidarse en un solo país como la Unión Soviética, argumentando que el marxismo requiere la expansión internacional de la revolución. Según Trotski, esta teoría traicionaba el internacionalismo proletario y condenaba a los trabajadores de otros países a ser sacrificados en nombre de los intereses soviéticos. - Burocratización del Estado soviético:
Trotski denunció que el régimen de Stalin había permitido el surgimiento de una casta burocrática privilegiada que usurpó el poder de la clase trabajadora. En su obra La revolución traicionada (1936), describió cómo esta burocracia se había convertido en una fuerza reaccionaria, ajena a los intereses del proletariado. - Terror y purgas internas:
El trotskismo criticó la represión brutal que Stalin lideró contra opositores políticos, incluidos los trotskistas. Las purgas de la década de 1930, los juicios de Moscú y el asesinato de opositores como el propio Trotski se consideraron una manifestación de la degeneración del régimen soviético en una dictadura personalista. - Colaboración con potencias capitalistas:
Trotski acusó a Stalin de capitular frente al imperialismo mediante acuerdos como el Pacto Ribbentrop-Mólotov, que permitió la expansión nazi en Europa. Desde esta perspectiva, la política exterior soviética bajo Stalin se alejaba del objetivo de apoyar revoluciones socialistas globales. - Represión de revoluciones en otros países:
El trotskismo señaló cómo el estalinismo, a través de la Internacional Comunista (Komintern), sacrificó movimientos revolucionarios internacionales en función de los intereses estratégicos del Estado soviético. Ejemplos de esto incluyen las acciones del Partido Comunista Alemán durante el ascenso del nazismo y la postura del Partido Comunista Español durante la Guerra Civil Española.
Críticas del estalinismo al trotskismo:
- «Aventurismo revolucionario»:
Los estalinistas acusaban a los trotskistas de subestimar las dificultades materiales y sociales de la construcción del socialismo. Según ellos, la insistencia en la «revolución permanente» ignoraba las condiciones reales de los países y arriesgaba el colapso de los movimientos comunistas. - División del movimiento obrero:
Stalin y sus seguidores consideraban que Trotski, al crear una oposición interna en la URSS y fundar la Cuarta Internacional, dividía a los comunistas en un momento en que la unidad era crucial para resistir la amenaza del fascismo y consolidar el socialismo. - Idealismo e irrealismo político:
Desde la perspectiva estalinista, la teoría de la «revolución permanente» era vista como una propuesta idealista y abstracta, que subestimaba la necesidad de consolidar logros concretos antes de avanzar hacia nuevos objetivos revolucionarios. - Acusaciones de «contrarrevolución»:
Durante las purgas y juicios de Moscú, Stalin calificó a los trotskistas como agentes del imperialismo y saboteadores que conspiraban contra el Estado soviético. - Subestimación del socialismo en un solo país:
Los estalinistas argumentaron que la consolidación del socialismo en la URSS era una condición necesaria para apoyar futuras revoluciones internacionales. Según esta visión, Trotski no reconocía las limitaciones impuestas por el aislamiento de la URSS tras el fracaso de las revoluciones europeas. - Acercamiento al imperialismo:
Stalin y sus seguidores sostenían que la actividad trotskista en el extranjero, como la fundación de la Cuarta Internacional, creaba divisiones y debilitaba al movimiento comunista, a menudo interpretándolo como una colaboración indirecta con intereses imperialistas.
Un conflicto histórico e ideológico:
El conflicto entre trotskismo y estalinismo marcó la historia del marxismo en el siglo XX, dejando un legado de divisiones en la izquierda. Mientras los trotskistas se consideran guardianes del espíritu revolucionario original, los estalinistas reivindican haber logrado la construcción del socialismo en condiciones extremadamente adversas. Esta disputa no solo es histórica, sino que también se manifiesta en las estrategias y divisiones de la izquierda contemporánea.