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¿Por qué no deben los jueces elegirse a sí mismos?

La independencia del poder judicial es un mito fundacional y fundamental de la democracia liberal. Sin embargo, cuando la derecha propone que los jueces sean los únicos encargados de elegir a otros jueces, no está defendiendo la independencia judicial, sino consolidando un poder corporativo al margen del control democrático. En la práctica, esta propuesta busca garantizar la permanencia de un sesgo ideológico conservador dentro de la judicatura y blindar a los jueces de cualquier renovación que pudiera poner en riesgo el statu quo.

Este problema, sin embargo, va más allá del método de elección de los jueces. La estructura misma de acceso a la carrera judicial está diseñada para ser excluyente y elitista, lo que garantiza que la gran mayoría de magistrados provengan de las clases privilegiadas. Para que el sistema judicial sea verdaderamente democrático, no basta con reformar la forma en que los jueces son elegidos: es imprescindible modificar las condiciones de acceso a la carrera judicial para garantizar que las clases populares también puedan formar parte de la justicia.



1. La falacia de la neutralidad judicial

Uno de los grandes mitos del liberalismo es que los jueces son figuras imparciales, guiadas exclusivamente por el derecho y la justicia, sin influencias políticas o ideológicas. Esta afirmación no se sostiene:

  • Los jueces, como cualquier ser humano, tienen ideología. Su educación, entorno social y formación profesional influyen en la manera en que interpretan y aplican las leyes.
  • El derecho no es neutro. Es una construcción política y, por lo tanto, su aplicación nunca es objetiva ni mecánica, sino interpretativa.
  • El poder judicial no es homogéneo ni actúa de manera uniforme. Las sentencias pueden favorecer o perjudicar a distintos sectores de la sociedad, lo que refleja los intereses de clase de quienes administran justicia.

Si los jueces fueran verdaderamente neutrales, no importaría quién los elige. Pero como la ideología y la pertenencia de clase influyen en su labor, la forma en que se seleccionan es crucial para determinar qué tipo de justicia prevalece.

2. La elección corporativa: un blindaje para la judicatura conservadora

La propuesta de que los jueces se elijan entre sí parte de la premisa de que el poder judicial debe ser independiente de la política. Sin embargo, esto oculta un problema evidente: si el poder judicial ya es mayoritariamente conservador, un sistema de autoselección solo perpetuaría y reforzaría ese sesgo ideológico.

¿Quiénes son los jueces y de dónde vienen?

El poder judicial no es un reflejo de la sociedad en su conjunto, sino de una élite con características específicas:

  • En muchos países, el acceso a la carrera judicial está reservado a sectores privilegiados, ya que requiere una inversión de tiempo y dinero inaccesible para la clase trabajadora.
  • La cultura judicial tiende a ser formalista y conservadora, con una fuerte resistencia a cambios sociales disruptivos.
  • La mayoría de jueces están afiliados o influenciados por asociaciones conservadoras, lo que impone una visión reaccionaria del derecho.

Si los jueces se eligen a sí mismos, no hay ninguna posibilidad de renovación ideológica. Se crea un círculo cerrado en el que el conservadurismo se reproduce sin interrupciones.

Consecuencias de un poder judicial autoseleccionado

Permitir que los jueces sean elegidos únicamente por otros jueces tendría efectos desastrosos para la democracia:

  1. Supresión del control democrático
    • En una democracia representativa, el poder judicial no puede ser una casta cerrada sin rendición de cuentas.
    • Si los jueces se eligen sin intervención de otros poderes o de la ciudadanía, se convierten en una élite inamovible.
  2. Bloqueo de cualquier transformación progresista
    • Un poder judicial autoseleccionado puede vetar cualquier cambio legal que cuestione el statu quo.
    • Sentencias en materia de derechos laborales, sociales o políticos pueden ser sistemáticamente favorables a la clase dominante.
  3. Persecución ideológica contra jueces progresistas
    • Sin mecanismos de equilibrio, los jueces con una visión progresista serían marginados o apartados.
    • Casos como el de Baltasar Garzón en España demuestran cómo el poder judicial puede utilizar sus propias estructuras para expulsar a quienes desafían la hegemonía conservadora.

3. El mito de la despolitización de la justicia

Uno de los principales argumentos a favor de la elección corporativa es que así se evita la “politización” de la justicia. Pero este argumento es una trampa:

  1. Todos los jueces tienen una posición política, incluso si no lo admiten. En un sistema de autoselección, la única ideología que prevalece es la conservadora.
  2. No existe una justicia sin política. Toda decisión judicial tiene consecuencias sociales y económicas, lo que la convierte en un acto político.
  3. La verdadera politización negativa ocurre cuando una casta judicial inamovible impone su visión del mundo sin ninguna posibilidad de control democrático.

En realidad, lo que buscan quienes defienden que los jueces elijan a los jueces no es proteger la independencia judicial, sino blindar su control sobre la judicatura y consolidar un poder conservador inalterable.

4. La estructura de la carrera judicial: un filtro de clase para excluir a los sectores populares

Uno de los factores que refuerzan el carácter conservador del poder judicial es su estructura de acceso excluyente. La forma en que se accede a la judicatura no solo limita la diversidad ideológica dentro de los tribunales, sino que impide que las clases populares puedan llegar a formar parte del sistema judicial.

Elitismo en el acceso a la judicatura

El acceso a la carrera judicial en muchos países es un proceso altamente selectivo, basado en oposiciones extremadamente difíciles y costosas, que de facto funcionan como un filtro de clase.

  • Requiere años de estudio sin ingresos: Preparar la oposición para juez exige una dedicación exclusiva de entre cuatro y ocho años, sin posibilidad de trabajar. Solo quienes tienen respaldo económico pueden permitírselo.
  • El proceso de formación es inaccesible para la mayoría de la población: Muchos opositores contratan academias o preparadores privados con tarifas prohibitivas.
  • Redes de contactos y nepotismo: Las élites judiciales tienden a favorecer a quienes ya provienen de familias vinculadas a la magistratura, creando un círculo cerrado de reproducción de la élite.

Este sistema no es casual. Su objetivo es garantizar que el poder judicial permanezca en manos de una élite social y económica. Así se asegura que las sentencias reflejen los intereses de esa élite y no los de la mayoría de la sociedad.

5. ¿Cómo debería elegirse el poder judicial? (Dentro de los límites una Democracia Liberal)



Si la solución no es que los jueces se elijan entre sí, ¿qué alternativa hay? La respuesta pasa por introducir mecanismos de control democrático que permitan una mayor representatividad en la judicatura y garanticen que el poder judicial responda a los intereses de la mayoría de la sociedad.

Elección popular gradual

A medio plazo, el objetivo debería ser transitar del sistema mixto actual a la elección popular de jueces, al menos en los tribunales superiores y constitucionales. Esta medida permitiría que la ciudadanía tuviese un papel directo en la configuración del poder judicial. A su vez deberían establecerse:

  • Cupos de representación social en los órganos judiciales, para que la composición de la magistratura refleje mejor la diversidad de la sociedad.
  • Limitaciones, aún más estrictas, en el tiempo de ejercicio, para evitar que los jueces se conviertan en una élite inamovible.

Comités de control ciudadano y parlamentario

Para evitar la consolidación de una casta judicial, se podrían establecer órganos de control compuestos por:

  • Ciudadanos elegidos por sorteo: una muestra representativa de la sociedad que participe en la evaluación del desempeño judicial.
  • Parlamentarios: representantes elegidos democráticamente que supervisen y participen en los procesos de selección y renovación de jueces.
  • Expertos independientes: académicos y profesionales del derecho sin vinculación directa con la judicatura, que aporten una visión técnica y objetiva.

Estos comités tendrían la función de evaluar el trabajo de los jueces, revisar su desempeño y proponer mecanismos de renovación en caso de que se detecten sesgos ideológicos sistemáticos o prácticas corruptas.

Transparencia y rendición de cuentas

Es fundamental que el sistema judicial sea accesible y comprensible para la ciudadanía, con mecanismos de auditoría pública sobre las decisiones judiciales y los criterios de selección de jueces.

6. ¿Cómo democratizar el acceso a la carrera judicial? (Dentro de los límites una Democracia Liberal)

Si queremos una justicia realmente representativa, hay que romper con este filtro de clase y garantizar que la judicatura esté abierta a todos los sectores sociales. Para ello, es necesario implementar políticas de discriminación positiva que equilibren el acceso a la magistratura.

Sistema de becas y apoyo económico a opositores de clases populares

  • Creación de becas públicas que permitan a jóvenes sin recursos económicos acceder a la preparación de oposiciones con apoyo estatal.
  • Implementación de salarios para opositores, que les permitan estudiar sin depender del apoyo familiar.

Reformulación del sistema de acceso

  • Reducción del peso de memorizar leyes sin contexto y mayor énfasis en pruebas prácticas y análisis crítico.
  • Creación de itinerarios alternativos de acceso, que permitan a juristas con experiencia en el ámbito social llegar a la judicatura sin necesidad de opositar durante años.

Cuotas de acceso para sectores excluidos

  • Establecimiento de cupos obligatorios para que las clases trabajadoras, mujeres, minorías raciales y otros sectores históricamente excluidos tengan representación en la judicatura.
  • Implementación de programas de acceso diferenciado para sectores populares, con formación específica y acompañamiento.

Evaluación continua de jueces y juezas

  • No basta con cambiar la forma de acceder: es necesario garantizar que la judicatura refleje los intereses del conjunto de la sociedad.
  • Implementación de comités de evaluación compuestos por ciudadanos, elegidos por sorteo, para supervisar el desempeño de los jueces.

7. Reformar la justicia desde su raíz (Dentro de los límites una Democracia Liberal)

No basta con modificar el sistema de elección de jueces. Para que la justicia deje de ser un instrumento de las clases dominantes, hay que romper con el filtro elitista que impide a las clases trabajadoras acceder a la magistratura.

Una judicatura construida exclusivamente por y para las élites nunca podrá ser imparcial. Mientras la derecha defiende la “independencia judicial” como un concepto abstracto, lo que realmente busca es mantener un sistema en el que los jueces sean una casta inamovible al servicio de los intereses de la clase dominante.

Solo mediante la democratización del acceso a la judicatura y el control ciudadano sobre su desempeño podremos hablar de una justicia realmente democrática.

Conclusión: No a la nobleza judicial

El derecho no es un conjunto de normas inamovibles, sino una construcción política que responde a intereses de clase. Permitir que los jueces elijan a los jueces sin intervención externa no fortalece la democracia, sino que crea un poder judicial absolutista, conservador y ajeno a cualquier control ciudadano.

La verdadera independencia judicial no se consigue con un corporativismo que blinde a la magistratura, sino con mecanismos democráticos que garanticen una justicia realmente representativa de la sociedad. Mientras la derecha clama por despolitizar la justicia, lo que realmente busca es asegurar que la única política que impere en los tribunales sea la suya.

Proletkult.

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