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El apoliticismo es la mayor derrota de la clase trabajadora y desposeída

La clase trabajadora y desposeída necesita de la política más que ninguna otra para mejorar sus condiciones de vida. Aunque es cierto que cambiar aspectos fundamentales de la sociedad es difícil, que gobernar no siempre implica tener el poder real, y que dicho poder nunca ha estado completamente en manos de nuestros representantes, estos factores solo hacen más urgente la participación activa de cada persona consciente en partidos, organizaciones sociales y centros de trabajo.

No debemos sucumbir a la apatía individualista.

Es esencial estudiar el origen de nuestro propio pensamiento, analizar el proceso histórico que ha conducido a los temas que nos interesan así como considerar las intersecciones que se dan entre las diversas problemáticas sociales que percibimos. Debemos leer a aquellos que han pensado en cada tema antes que nosotros y, críticamente, utilizarlos para desarrollar nuestro propio pensamiento. Aunque la intuición es un arma poderosa, cada idea que defendemos debería haber sido conquistada y/o ampliada por nuestra razón a través del análisis y el estudio.

Cuanto más conscientes seamos de las causas estructurales e históricas de los problemas que observamos, mejor preparados estaremos para luchar por cambiarlos y, como recompensa, más libres seremos nosotros mismos.

Mientras haya un individuo que no sea libre, nadie será libre realmente.

Proletkult.

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