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Angela Davis (1944 – ). Mujer, Raza y Clase

Angela Davis es una académica, filósofa, activista y escritora estadounidense nacida el 26 de enero de 1944 en Birmingham, Alabama, en una familia afroamericana en el contexto de una sociedad profundamente segregada. Desde temprana edad, Davis fue testigo de la violencia racial en el sur de Estados Unidos, lo que marcó su vida y la orientó hacia la lucha contra la injusticia social. Su formación académica incluyó estudios en filosofía en la Universidad de Frankfurt, bajo la tutela de pensadores como Theodor Adorno y Herbert Marcuse, con quienes profundizó en el marxismo y el pensamiento crítico. Con el tiempo, su pensamiento evolucionó hacia un marxismo feminista, antirracista y anticapitalista.

A finales de los años sesenta, Davis se unió al Partido Comunista de los Estados Unidos y fue también una figura clave dentro del movimiento de las Panteras Negras y del Comité para la Liberación de los Presos Políticos, lo que la posicionó como una figura influyente en las luchas contra la represión estatal y racial en el país. Su activismo alcanzó notoriedad mundial en 1970 cuando fue acusada de conspiración, secuestro y asesinato en un caso que provocó una campaña de solidaridad internacional tras su captura. Finalmente, fue absuelta de todos los cargos, y su juicio la consolidó como una figura icónica de resistencia.

A lo largo de su carrera, Davis ha publicado numerosos libros que exploran temas de género, clase, raza, capitalismo y encarcelamiento masivo. Aquí se destacan algunos de sus trabajos más influyentes:

1. If They Come in the Morning: Voices of Resistance (1971): Este libro es una compilación de escritos y cartas de Davis y otros activistas, en la que se aborda el sistema de justicia penal y la criminalización de los movimientos sociales en Estados Unidos. Es una reflexión temprana sobre cómo el encarcelamiento funciona como una herramienta de opresión política, especialmente para las personas negras y los activistas.

2. Are Prisons Obsolete? (2003): En este libro, Davis desarrolla una crítica fundamental al sistema de prisiones de Estados Unidos, argumentando que las prisiones son instrumentos de control social que reproducen la opresión racial y económica. Propone un modelo de «abolicionismo penal», que aboga por desmantelar el sistema de prisiones y reemplazarlo por un enfoque basado en la justicia restaurativa y en soluciones que aborden las causas sociales de la delincuencia.

3. Abolition Democracy: Beyond Empire, Prisons, and Torture (2005): Este libro reúne una serie de entrevistas en las que Davis reflexiona sobre el abolicionismo penal, las conexiones entre el encarcelamiento masivo y la política imperialista de Estados Unidos, así como el impacto de la violencia estatal en las comunidades oprimidas. A través de estos ensayos, Davis argumenta a favor de una «democracia abolicionista», que se basa en desmantelar las instituciones opresivas y construir estructuras de equidad social.

4. Freedom Is a Constant Struggle: Ferguson, Palestine, and the Foundations of a Movement (2016): En este ensayo, Davis conecta las luchas por la libertad en diferentes contextos, como el movimiento Black Lives Matter en Estados Unidos, la resistencia palestina y otros movimientos internacionales. Propone una visión global de la lucha contra la opresión, en la que cada lucha local tiene un impacto en el ámbito mundial.

5. The Meaning of Freedom and Other Difficult Dialogues (2012): Este libro recoge ensayos y discursos de Davis que abordan temas como el racismo, el capitalismo, la violencia policial y la importancia de la solidaridad internacional. A través de estos textos, Davis destaca la urgencia de un compromiso ético y práctico para desafiar los sistemas de opresión y fomentar una política de liberación colectiva.

6. Mujeres, Raza y Clase (1981): es una obra crítica que explora la intersección de opresiones de género, raza y clase en la historia de Estados Unidos. Davis analiza cómo estas categorías han sido históricamente manipuladas para mantener sistemas de explotación, particularmente a través de la esclavitud, el racismo estructural y el capitalismo, y cómo, a su vez, estos sistemas han moldeado la posición de las mujeres y las personas de color en la sociedad. A continuación presentamos algunas partes de ese análisis:

A. Racismo, esclavitud y capitalismo: Davis argumenta que la esclavitud en los Estados Unidos fue una institución fundamentalmente capitalista, orientada a maximizar la ganancia mediante la explotación absoluta de las personas negras. Esta explotación se consolidó a través de una ideología de inferioridad racial, la cual deshumanizaba a los afrodescendientes para justificar el control económico y político. Davis muestra cómo las mujeres esclavizadas eran explotadas tanto económica como sexualmente, siendo sus cuerpos propiedad del amo y su función reproductiva convertida en una herramienta para incrementar la fuerza de trabajo. Para las mujeres negras, el sistema esclavista no solo restringió su libertad física, sino que atacó sus capacidades de formar familia y comunidad bajo sus propios términos, eliminando cualquier control sobre su propia descendencia.

B. Las mujeres en el movimiento antiesclavista: Durante el movimiento antiesclavista del siglo XIX, muchas mujeres blancas comenzaron a reconocer la opresión de las mujeres negras y la brutalidad de la esclavitud, aunque sus luchas no siempre estaban alineadas. Para Davis, este fue un momento clave en el desarrollo del feminismo, aunque imperfecto, ya que muchas mujeres blancas feministas no lograron incluir plenamente a las mujeres negras en sus demandas de igualdad. Estas feministas solían abordar la opresión de género de una manera que dejaba de lado las luchas raciales y de clase, exponiendo una división que persistiría en el movimiento feminista durante décadas.

C. Feminismo y exclusión racial: Davis señala que la primera ola del feminismo, particularmente el movimiento sufragista, estaba marcado por una exclusión explícita de mujeres negras y de clase trabajadora. Algunas líderes sufragistas, como Susan B. Anthony, priorizaron el voto de las mujeres blancas y, en ocasiones, mostraron actitudes racistas al tratar de distanciar su movimiento de la lucha por los derechos de las personas negras, especialmente después de la abolición de la esclavitud. Así, Davis critica esta versión limitada del feminismo, argumentando que sin una conciencia de clase y raza, el feminismo no puede ser verdaderamente liberador.

D. La clase trabajadora y el feminismo: Davis dedica una parte importante a la relación entre género, raza y clase en el ámbito laboral. Explica cómo las mujeres de color, especialmente las negras y latinas, fueron sistemáticamente relegadas a empleos de bajos salarios y sin beneficios. En contraste con las mujeres blancas de clases medias que luchaban por oportunidades profesionales y educativas, estas mujeres debían enfocarse en problemas más inmediatos de supervivencia económica y derechos laborales. En este sentido, Davis critica la falta de solidaridad del feminismo blanco, que no comprendía ni apoyaba las demandas de las mujeres trabajadoras de color.

E. La opresión sexual y los estereotipos raciales: Un tema central de la obra es cómo el racismo afecta la percepción de la sexualidad y el papel de las mujeres. Davis examina los estereotipos raciales que surgieron en torno a la sexualidad de las mujeres negras y latinas, como el de la «mammy» servicial o la «mulata» sensual, y cómo estos mitos reforzaban su opresión tanto racial como sexualmente. Estos estereotipos, que servían para justificar la explotación y el control, contrastaban con la imagen de pureza y delicadeza asignada a las mujeres blancas de clase media. Para Davis, estas construcciones raciales de la feminidad dividieron aún más las luchas por los derechos de las mujeres, limitando la posibilidad de una agenda unitaria.

F. El papel de las mujeres negras en los movimientos sociales: Davis explora el papel de las mujeres negras en el movimiento por los derechos civiles y el movimiento obrero, así como en el feminismo radical de las décadas de 1960 y 1970. A diferencia del feminismo blanco, estas mujeres entendían que sus luchas estaban entrelazadas con las de sus comunidades y debían abordar no solo el sexismo, sino también el racismo y la explotación económica. En este contexto, Davis resalta figuras como Ida B. Wells, quien luchó contra el linchamiento y destacó la intersección de raza y género en la violencia racial, y Sojourner Truth, cuya famosa pregunta «¿Acaso no soy una mujer?» desafiaba las nociones eurocéntricas de la feminidad.

G. Crítica a la prisión y al castigo como forma de control social: Davis también aborda el sistema de justicia penal, que ha servido para criminalizar la pobreza y el activismo, en particular de personas negras. En el caso de las mujeres, Davis resalta cómo el encarcelamiento es una extensión de su opresión social y económica, debido a las injusticias en el acceso al empleo, la educación y la vivienda. Estas estructuras sociales, para Davis, son extensiones del racismo, del patriarcado y del capitalismo, y mantienen a las mujeres de color en posiciones subordinadas.

H. Hacia un feminismo socialista y antirracista: Davis cierra el libro abogando por un feminismo que no solo reconozca la opresión de género, sino que también sea antirracista y anticapitalista. Sostiene que solo un enfoque revolucionario que desafíe todos estos sistemas de opresión puede lograr una verdadera liberación de las mujeres. En este sentido, su feminismo es una herramienta de transformación social completa, que busca no solo la igualdad de género, sino también la justicia social y económica.

En Mujeres, Raza y Clase, Davis argumenta que solo a través de una comprensión profunda de cómo el racismo, el capitalismo y el patriarcado interactúan y refuerzan mutuamente, puede desarrollarse un movimiento feminista eficaz y verdaderamente inclusivo. La obra representa una crítica contundente al feminismo hegemónico que ignora las intersecciones y plantea un llamado a una lucha que incluya a todas las personas oprimidas.

A lo largo de estas obras, Angela Davis ha defendido la necesidad de una lucha interseccional que reconozca la relación entre diferentes formas de opresión y ha enfatizado la importancia de un feminismo inclusivo, antirracista y anticapitalista. Su visión, centrada en el abolicionismo penal, en la justicia económica y en la solidaridad global, continúa siendo una influencia crucial en los movimientos sociales y en el pensamiento crítico contemporáneo.

Proletkult.

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