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La proyección del yo en la percepción de la justicia: entre la psicología, la ciencia y el deber ético

La percepción del mundo social, y en particular de demandas como la igualdad, la justicia social o la crítica a la propiedad privada, está profundamente condicionada por nuestra estructura psicológica. Cuando alguien interpreta estas demandas como expresiones de egoísmo o envidia, no solo está proyectando valores propios, sino que también refleja una limitación para trascender su subjetividad y entender la complejidad del bien común. Este fenómeno, explicado desde la psicología y abordado éticamente, revela que nuestras interpretaciones del mundo exterior no son neutras, y que el reconocimiento de esta parcialidad es el primer paso para superar las barreras hacia una sociedad más justa.

La psicología de la percepción y la proyección

En el marco de la psicología psicoanalítica, el concepto de proyección, introducido por Sigmund Freud, describe cómo los individuos atribuyen a otros emociones, deseos o características propias que no reconocen conscientemente. Por ejemplo, si alguien observa en la lucha por la igualdad un acto de envidia, podría ser porque no concibe otra motivación que no sea egoísta, debido a su propia incapacidad de imaginar relaciones humanas más altruistas.

Carl Jung amplió esta idea con su concepto de la sombra, esa parte inconsciente de la personalidad que contiene los aspectos reprimidos o no aceptados del individuo. Según Jung, lo que criticamos en los demás suele ser una manifestación de aquello que no hemos integrado en nosotros mismos. Desde esta perspectiva, quienes ven en la crítica a la propiedad privada un ataque egoísta proyectan su propia dependencia emocional e ideológica de sistemas de acumulación y posesión.

La percepción limitada y el marco de la cognición social

La psicología cognitiva moderna complementa estas ideas al señalar que nuestra percepción del mundo está condicionada por esquemas mentales y experiencias previas. Según las teorías de la cognición social, nuestras creencias, valores y estructuras internas actúan como filtros a través de los cuales interpretamos la realidad. Este marco ayuda a explicar por qué solo podemos ver en el mundo aquello que somos capaces de comprender.

Si una persona está profundamente arraigada en valores individualistas promovidos por el sistema capitalista, le resultará difícil empatizar con demandas de justicia colectiva. Para esa persona, la crítica a la propiedad privada no puede ser otra cosa que una amenaza, ya que sus esquemas cognitivos no permiten concebirla como una búsqueda legítima de equidad. Esta percepción no es un simple malentendido: es el resultado de una configuración psíquica moldeada por las estructuras sociales en las que el individuo está inmerso.

De la ciencia a la ética: el deber de trascender

Si bien la psicología nos ofrece herramientas para entender cómo nuestras limitaciones moldean nuestra percepción, la cuestión no puede quedarse aquí. La trascendencia de estas limitaciones no es solo una tarea intelectual: es un deber ético y moral. Como explicaba Carl Jung, “hasta que no hagas consciente lo que llevas en tu inconsciente, este dirigirá tu vida y lo llamarás destino”. En un marco social, este principio implica que la falta de autocrítica y de reconocimiento de nuestras proyecciones no solo limita nuestro crecimiento personal, sino que también perpetúa estructuras de poder y desigualdad.

Conclusión

La percepción del mundo social no es objetiva: está condicionada por nuestras estructuras psicológicas y éticas. Si queremos avanzar hacia una sociedad más justa, debemos reconocer nuestras proyecciones, entender cómo nuestras limitaciones moldean nuestra percepción y asumir la responsabilidad de trascenderlas. La justicia, la igualdad y el bien común no son abstracciones ni ideales lejanos: son el marco desde el cual debemos interpretar y transformar nuestra realidad. Solo al enfrentar nuestras sombras y superar nuestras proyecciones podremos construir un futuro donde el bienestar colectivo sea el principio rector de nuestra humanidad.

Proletkult.


Bibliografía:


Psicología de la percepción y la proyección

  • Freud, S. (1992). Psicología de las masas y análisis del yo. Alianza Editorial.
  • Jung, C. G. (2009). Los complejos y el inconsciente. Paidós.
  • Jung, C. G. (2018). Aion: Contribuciones a la simbolización del sí-mismo. Edhasa.
  • Roudinesco, E. (2015). Freud en su tiempo y en el nuestro. Debate.

Cognición social y sesgos perceptivos

Kahneman, D. (2012). Pensar rápido, pensar despacio. Debate.

Rodríguez, S. (2018). Sesgos cognitivos: Cómo el pensamiento automático afecta nuestras decisiones. Editorial Gedisa.

Ética, moral y justicia social

Dussel, E. (1998). Ética de la liberación en la edad de la globalización y la exclusión. Trotta.

Zinn, H. (2011). Nadie es neutral en un tren en marcha. Siglo XXI Editores.

Marx, K. & Engels, F. (2011). La ideología alemana. Ediciones Akal.

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