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La derecha te miente: la verdad sobre la igualdad

La derecha quiere que odies la palabra igualdad. La presentan como un peligro, como si significara eliminar tus diferencias, aplastar tu individualidad y reducirte a una copia más en un sistema uniforme. Pero no te engañes: esta es una mentira descarada diseñada para proteger sus privilegios y mantenerte sometido al sistema que los beneficia.

Cuando la izquierda habla de igualdad, no se trata de hacer que todos seamos iguales en apariencia, gustos o decisiones. Se trata de que nadie esté condenado a la pobreza, a la ignorancia, o a la exclusión por las desigualdades estructurales que este sistema perpetúa. Se trata de construir una sociedad donde cada persona tenga las mismas oportunidades de desarrollarse según su talento, esfuerzo y aspiraciones.

Pero ¿sabes quién realmente crea copias y destruye las diferencias? El capitalismo. Ese sistema que la derecha defiende con uñas y dientes es el que convierte nuestras vidas en mercancías y nos obliga a competir constantemente por sobrevivir. Es el capitalismo el que estandariza tu ropa, tu comida, tus sueños y hasta tus relaciones, imponiéndote patrones para que encajes en su maquinaria de consumo. La competencia que idolatra la derecha no es más que un juego donde los poderosos siempre ganan, mientras los trabajadores pelean por las migajas.

Cuando la derecha critica la igualdad, no lo hace porque les preocupe la libertad o la diversidad, sino porque temen perder sus privilegios. Saben que una sociedad igualitaria implicaría redistribuir el poder y la riqueza que hoy concentran en sus manos. Saben que la igualdad real empodera a las mayorías y desmantela las jerarquías que ellos necesitan para dominar.

Por eso, no te dejes engañar por su propaganda. La lucha por la igualdad es una lucha por tu dignidad, tu libertad y tu derecho a vivir sin que las desigualdades te encadenen. Es hora de organizarse, de exigir una sociedad que garantice a todos las mismas oportunidades y de desenmascarar las mentiras de quienes quieren perpetuar este sistema de injusticia.

La derecha teme la igualdad porque sabe que, con ella, su dominio se acaba. Por eso, es nuestra tarea gritar alto y claro: ¡no queremos un mundo de copias capitalistas! Queremos un mundo donde cada persona sea libre de ser quien es, donde el potencial humano florezca sin las cadenas de la explotación. ¡La igualdad no es un peligro, es nuestra herramienta para la emancipación!

Proletkult.

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