En el debate político español, el término liberal se ha convertido, para la derecha, en una etiqueta codiciada. Su uso connota “modernidad”, defensa de la libertad, racionalidad económica, e incluso una cierta superioridad moral sobre otras posiciones ideológicas. Sin embargo, esta carga simbólica y valorativa no siempre se corresponde con el contenido real del liberalismo.
Una de las figuras más persistentes en declararse liberal en la política española es Esperanza Aguirre. Pero, ¿qué significa verdaderamente ser liberal? ¿Y qué implicaciones tiene que alguien se apropie del término para defender un marco que combina neoliberalismo económico con conservadurismo moral y religioso?
ES IMPORTANTE QUE QUEDE CLARO: Este artículo no pretende reivindicar el liberalismo como ideología. Quienes escriben no se identifican como liberales, aunque le reconozcamos un gran valor conceptual e histórico. El propósito es otro: señalar cómo Esperanza Aguirre representa una distorsión del pensamiento liberal clásico, y cómo su discurso oculta una agenda política más afín al conservadurismo autoritario que a la defensa real de las libertades.
1. La palabra “liberal”: entre etimología y mito moral
Etimológicamente, liberal proviene del latín liberälis, relativo a una persona libre, y más tarde, a la dignidad, la generosidad y el pensamiento abierto. En el pensamiento moderno, liberalismo ha significado, en distintas etapas, la defensa de los derechos individuales, la separación de poderes, la libertad de conciencia y la limitación del poder estatal.
Sin embargo, en el uso común, especialmente en el contexto político español contemporáneo, liberal se utiliza como una forma de dotar de legitimidad moral a posturas que no tienen por qué estar vinculadas al liberalismo real. Al decir “soy liberal”, se proyecta una imagen de alguien que defiende la libertad, cuando en realidad puede esconderse detrás de ese término una agenda profundamente iliberal.
2. ¿Qué es el liberalismo clásico?
El liberalismo clásico, en su raíz más profunda —como se encuentra en el pensamiento de Adam Smith, John Locke o Stuart Mill— es una doctrina de los límites al poder, del respeto a la autonomía individual y de la coexistencia pacífica.
Adam Smith, especialmente, introdujo en su obra La Teoría de los Sentimientos Morales la idea de que la libertad económica solo es virtuosa si está acompañada por la simpatía moral, la justicia y el respeto por los demás. La famosa “mano invisible” no justifica la codicia desbocada ni la desigualdad estructural: es una metáfora del orden espontáneo que surge cuando las personas actúan con moderación moral y dentro de un marco de justicia compartida.
3. El ideario de Esperanza Aguirre: neoliberalismo conservador católico
Esperanza Aguirre se ha posicionado públicamente como una liberal, pero sus políticas y declaraciones la alejan de ese marco. Su trayectoria se caracteriza por:
- Una exaltación del neoliberalismo económico, que incluye la liberalización del mercado, la competencia extrema (como en el Bachillerato de Excelencia) y la reducción del Estado.
- Una defensa activa de valores conservadores católicos, incluyendo el apoyo a organizaciones “provida”, la exaltación del cristianismo como base moral y cultural, y una visión muy limitada de los derechos individuales en materia de diversidad familiar, género o religión.
Estas posiciones configuran una ideología autoritariamente moralista, que apela a la libertad solo en términos de mercado, pero limita severamente otras formas de libertad, como la libertad de conciencia, de identidad o de pluralismo moral.

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4. Comparación: liberalismo real vs. liberalismo retórico de Aguirre
Principio | Liberalismo clásico (Smith, Locke, Mill) | “Liberalismo” de Aguirre |
---|---|---|
Libertad individual | Amplia: incluye conciencia, expresión, identidad | Limitada: subordinada a valores cristianos |
Justicia social | Clave: mercado equilibrado con moral y equidad | Marginal: prima la competencia y meritocracia burguesa (desigual de base) |
Estado | Necesario para garantizar justicia y equidad | Reducido al mínimo, incluso en servicios básicos |
Moral | Basada en la simpatía social y el pluralismo | Basada en una visión cristiana tradicional (Nacional-Católica) |
Economía | Libre pero regulada éticamente | Mercado desregulado y competitivo |
No es una cuestión de etiquetas, sino de coherencia
Llamarse liberal no basta para serlo. Si se abandona la justicia, se niega la empatía social y se imponen valores religiosos como norma civil, no se está defendiendo la libertad, sino otra cosa: un modelo autoritario revestido de libertad de mercado.
Esta crítica no nace de nuestro amor al liberalismo, sino de la exigencia de coherencia teórica. Quien instrumentaliza el término para disfrazar su ideología real está engañando, no solo a los demás, sino a la idea misma de libertad.