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¿En qué consiste el Bloqueo Estadounidense a Cuba?

El bloqueo estadounidense a Cuba es un conjunto de leyes, sanciones y medidas económicas, comerciales y financieras impuestas por Estados Unidos contra la isla desde 1960, formalizadas y endurecidas a lo largo del tiempo. A continuación, explicamos sus características y cómo afectan al desarrollo interno de Cuba:

¿EN QUÉ CONSISTE EL BLOQUEO?

1. Prohibiciones comerciales directas

  • Empresas estadounidenses no pueden comerciar con Cuba.
  • Cuba no puede exportar productos a EE.UU., ni importar bienes, tecnologías o servicios de ese país.
  • EE.UU. prohíbe a sus ciudadanos hacer transacciones económicas o financieras con entidades cubanas.

2. Efecto extraterritorial

  • Ley Helms-Burton (1996) permite sancionar a empresas de terceros países que comercien con propiedades nacionalizadas por la Revolución.
  • Muchas empresas internacionales, bancos y navieras evitan operar con Cuba por miedo a sanciones de EE.UU., incluso si no son estadounidenses.

3. Restricciones financieras

  • Cuba no puede usar el dólar en transacciones internacionales.
  • Está excluida de muchos circuitos financieros globales dominados por bancos estadounidenses o influenciados por ellos (Swift, Visa, Mastercard, etc.).

4. Restricciones tecnológicas

  • Prohibición del acceso a tecnologías que tengan más del 10% de componentes estadounidenses.
  • Esto afecta desde equipos médicos hasta herramientas informáticas.

5. Sanciones a terceros por cooperación médica

  • Cuba ha sido penalizada indirectamente por enviar médicos al exterior, ya que EE.UU. presiona a países para que no acepten estos convenios, acusándolos de tráfico de personas***. (***explicación sobre esta cuestión al finalizar la explicación sobre el bloqueo)

¿CÓMO IMPACTA ESTO EN EL DESARROLLO DE CUBA?

1. Dificultades económicas estructurales

  • Impide que Cuba acceda a mercados normales de importación/exportación.
  • Le obliga a comprar productos en mercados más lejanos y caros.
  • Eleva los costos logísticos y de producción interna, encareciendo la vida cotidiana.

2. Aislamiento financiero

  • No puede acceder a préstamos del FMI, Banco Mundial o instituciones financieras tradicionales.
  • No puede refinanciar deudas fácilmente ni atraer inversión extranjera sin que esta sea penalizada.

3. Freno a la innovación tecnológica

  • Cuba tiene restringido el acceso a tecnologías modernas en sectores clave (medicina, energía, telecomunicaciones).
  • Esto afecta directamente a su desarrollo científico y técnico, aun cuando tenga capital humano muy calificado.

4. Desabastecimiento de bienes básicos

  • Incluso con dinero, muchas veces no puede adquirir medicamentos, piezas de repuesto, alimentos o combustibles, ya que los proveedores no quieren arriesgar sanciones.

5. Fuerza de coerción política

  • El bloqueo se usa como herramienta para forzar un cambio de régimen.
  • Se trata de provocar malestar económico-social interno, apostando a que la población responsabilice al gobierno cubano y presione por transformaciones alineadas con los intereses de EE.UU.

¿CUÁL ES LA JUSTIFICACIÓN DE EE.UU.?

  • Oficialmente, el bloqueo busca presionar por “democracia y derechos humanos” en Cuba.
  • En la práctica, es una forma de castigo por haber sido el primer país en América en construir un proyecto socialista independiente del dominio estadounidense.

¿QUÉ OPINA EL RESTO DEL MUNDO?

  • Cada año, la Asamblea General de la ONU vota sobre el fin del bloqueo. En las últimas décadas, casi todos los países del mundo lo condenan, excepto EE.UU. e Israel (y a veces uno o dos países más se abstienen).
  • Organismos como la CELAC, la Unión Africana o la Unión Europea lo han rechazado explícitamente.

El bloqueo a Cuba no es solo una política bilateral: es un cerco económico global que viola el derecho internacional, condiciona el desarrollo autónomo de la isla y castiga directamente a su población civil. Si bien Cuba también arrastra errores internos, el bloqueo actúa como una camisa de fuerza que obstaculiza cualquier intento de mejora o reforma, incluso dentro del socialismo.


Las brigadas médicas cubanas: ¿trata de personas o trabajo socialista?

Desde hace años, Estados Unidos incluye a Cuba en sus informes anuales sobre trata de personas, alegando que las brigadas médicas cubanas en el extranjero son una forma de trabajo forzado. Bajo esta narrativa, miles de profesionales de la salud serían enviados contra su voluntad a otros países, donde el Estado retendría gran parte de sus salarios y limitaría su libertad. Pero ¿es esto realmente trata de personas? ¿O estamos ante una forma alternativa de organizar el trabajo desde una lógica socialista?

La acusación

Según el Departamento de Estado de EE.UU., Cuba “explota” a sus médicos al:

  • Enviarlos bajo condiciones que restringen su libertad personal y profesional.
  • Retener entre el 70% y el 90% del salario pagado por los países receptores.
  • Amenazar con represalias a quienes abandonen las misiones.
  • Negarles derechos que, en un sistema liberal, estarían garantizados por contrato individual.

Con base en esto, Cuba ha sido clasificada en el “Nivel 3” del informe de Trata de Personas, es decir, entre los países que supuestamente no hacen esfuerzos para eliminar esta práctica.

La trampa liberal

Esta acusación parte de una lectura profundamente ideológica del trabajo. En el modelo liberal-capitalista, solo se reconoce como “trabajo legítimo” aquel que ocurre entre individuos aislados que pactan «libremente» salarios y condiciones (considerando libres contratos de trabajo sostenidos sobre la necesidad mayor del trabajador).

Todo lo que escape a esa ficción jurídica se considera automáticamente “coerción”.

Sin embargo, el trabajo socialista no es una mercancía privada, sino una forma de contribución colectiva al bienestar común. En Cuba, los médicos que integran las brigadas lo hacen dentro de un sistema público, que garantiza acceso a salud, vivienda, educación y seguridad social no solo para ellos, sino para sus familias y comunidades. Los salarios que pagan los países receptores no se destinan al lucro de una empresa, sino al sostenimiento de un sistema de salud que ha sido ejemplo mundial, incluso en medio de bloqueo.

¿Quién explota a quién?

¿Es explotación que el Estado gestione de forma colectiva los ingresos del trabajo? ¿O es más bien explotación que millones de trabajadores sanitarios en el mundo dependan de aseguradoras privadas y trabajen por objetivos comerciales?
¿Es trata de personas que un país garantice salud gratuita en África, América Latina o Europa? ¿O lo es que las farmacéuticas bloqueen vacunas a quien no pueda pagarlas?

Cuba no exporta esclavos: exporta dignidad, formación técnica y compromiso social. Los médicos no son víctimas: son actores conscientes de un proyecto político que concibe la salud como derecho, no como negocio.

La solidaridad como delito

El verdadero “crimen” de las brigadas médicas no es ético, sino ideológico. Representan una alternativa práctica y visible al orden capitalista global, y eso es lo que incomoda. Las sanciones, la difamación y la criminalización buscan destruir ese ejemplo para que ningún otro pueblo se atreva a organizar su fuerza de trabajo fuera de los márgenes del mercado.

Llamar “trata de personas” a una forma de organización colectiva del trabajo es parte de esa estrategia.

Defender a los médicos cubanos no es solo un acto de solidaridad internacionalista. Es afirmar que otro mundo es posible y ya existe —aunque lo llamen delito.

Proletkult.

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