
El Partido Comunista de España (PCE) ha tenido una evolución significativa desde el fin de la Guerra Civil, adaptándose a los cambios políticos y sociales de cada época, siempre en función de su objetivo de construir una sociedad socialista, pero también de mantener una postura pragmática en un contexto nacional e internacional cambiante. A continuación, se describe la historia del PCE desde el fin de la guerra hasta la actualidad, haciendo mención de su relación con el Eurocomunismo y su actual posición dentro de Sumar.
El PCE tras la Guerra Civil (1939-1975)
Al finalizar la Guerra Civil Española en 1939, el PCE fue uno de los principales actores en la resistencia antifranquista. Durante la dictadura de Franco, el Partido fue objeto de represión y clandestinidad, pero continuó luchando contra el régimen mediante la lucha armada, la oposición política en el exilio y la construcción de alianzas internacionales con otros movimientos comunistas. Sin embargo, la muerte de Franco en 1975 marcó el inicio de una nueva etapa de cambios y apertura política en España, lo que condujo a la Transición Democrática.
El PCE en la Transición (1975-1980)
Con la muerte del dictador, el PCE jugó un papel crucial en la Transición a la democracia. Liderado por Santiago Carrillo, el PCE adoptó una postura de reconciliación nacional, abandonando el enfoque de lucha revolucionaria para apostar por un socialismo democrático dentro de un sistema parlamentario. Esta aproximación fue fundamental para la legalización del PCE en 1977 y su participación en la elaboración de la Constitución Española de 1978, que consagró un sistema democrático y pluralista.
Durante esta etapa, el PCE tuvo un papel destacado en la unidad de la izquierda, que se tradujo en la formación de Unidos Podemos, una coalición de fuerzas de izquierda que incluía a Podemos, Izquierda Unida, y otras organizaciones progresistas. A pesar de sus diferencias con los socialistas del PSOE, el PCE fue un aliado clave en la formación de gobiernos de izquierda y en la defensa de políticas de bienestar social y derechos laborales.
El Eurocomunismo y su impacto (1970-1991)
En la década de 1970, el PCE adoptó la corriente del Eurocomunismo, que defendía una forma de socialismo adaptada a las condiciones europeas y distinta del modelo soviético. El Eurocomunismo promovía un socialismo democrático y parlamentario, alejándose de las influencias autoritarias del bloque oriental y apostando por una vía de reconciliación nacional que pudiera integrar a diferentes sectores de la sociedad.
En España, esta postura de socialismo democrático y pluralista tuvo una gran relevancia en el proceso de la Transición, permitiendo al PCE establecer acuerdos con otras fuerzas políticas y abrir el camino a la reconciliación con sectores del franquismo que participaron en la construcción de la nueva democracia. El PCE fue uno de los grandes impulsores de la amnistía a los presos políticos y de la superación de las divisiones derivadas de la Guerra Civil, contribuyendo al ambiente de paz social que se necesitaba para la consolidación del régimen democrático.
El declive del PCE y su relación con los cambios políticos (1990-2000)
A partir de los años 90, el PCE comenzó a experimentar un declive electoral. La caída del muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética afectaron a la legitimidad de los partidos comunistas en Europa, y el PCE no fue ajeno a esta crisis. En el contexto español, el PCE perdió apoyo popular ante la creciente influencia del PSOE, que durante los años 80 adoptó políticas neoliberales que alejaban al partido del proyecto socialista original.
A pesar de esto, el PCE continuó su actividad política, principalmente a través de Izquierda Unida (IU), una coalición de izquierda que aglutinó a los comunistas y a otros movimientos progresistas. Sin embargo, IU nunca logró superar su carácter marginal en el panorama político español, y las divisiones internas entre el PCE y otras fuerzas de izquierda fueron una constante.
La nueva configuración política: PCE, Unidas Podemos y Sumar (2010-2024)
En la década de 2010, la crisis económica global y la crisis del régimen bipartidista español abrieron paso a nuevas fuerzas políticas. Podemos, un movimiento nacido en el contexto de la indignación social, se consolidó como una nueva alternativa a la izquierda del PSOE, y el PCE, tras haber formado parte de la coalición Izquierda Unida, optó por integrarse en Unidas Podemos. En este marco, el PCE colaboró estrechamente con Podemos, pero también mantuvo sus diferencias ideológicas, especialmente en cuanto a la relación con el PSOE.
Sin embargo, la relación entre los distintos grupos de izquierda se fracturó en 2023, cuando Unidas Podemos se separó de Sumar, una coalición que incluía a otros movimientos de izquierda, como el PCE, y que buscaba un frente más amplio y plural. En este contexto, el PCE se alineó con Sumar, eligiendo continuar su lucha en el ámbito de una coalición que incluyera a diferentes sectores progresistas, pero con una mayor autonomía respecto al PSOE y con una propuesta de izquierda transformadora.
El PCE en la actualidad
Hoy en día, el PCE sigue siendo una fuerza importante en el bloque de izquierda, pero con una posición que refleja tanto su compromiso con el socialismo democrático como su búsqueda de alianzas amplias dentro de Sumar. Aunque la relación con el PSOE no es necesariamente conflictiva, el PCE mantiene su identidad dentro de Sumar, donde defiende una agenda progresista, especialmente centrada en los derechos laborales, la justicia social, la transición ecológica y la lucha contra la desigualdad.
El Eurocomunismo, aunque ya no es un término central, sigue presente en el enfoque del PCE hacia un socialismo democrático y pluralista, que busca una transformación de la sociedad española mediante la democracia parlamentaria, el compromiso internacionalista y una postura más flexible en cuanto a las alianzas políticas. El PCE sigue influyendo en la agenda de izquierda, con el objetivo de avanzar hacia una sociedad socialista democrática sin renunciar a las luchas por la reconciliación social y la unidad de los pueblos.
En resumen, desde su papel en la resistencia antifranquista hasta su integración en Sumar, el PCE ha sido un actor clave en la construcción de la democracia en España. A lo largo de las décadas, ha sabido adaptarse a los cambios políticos, manteniendo su compromiso con la transformación socialista mientras juega un papel activo en las coaliciones de izquierda que buscan un modelo alternativo al capitalismo neoliberal.