La Teoría Marxista de la Dependencia (TMD) surge como una respuesta crítica a las políticas y teorías que, bajo la apariencia de promover el desarrollo, perpetúan la subordinación de los países periféricos al sistema capitalista global. Desarrollada por autores como Ruy Mauro Marini y Theotonio dos Santos, la Teoría Marxista de la Dependencia (TMD) denuncia que las intervenciones capitalistas en los llamados países «en desarrollo» no buscan su emancipación, sino que refuerzan su papel como engranajes explotados en la maquinaria capitalista global.
Dependencia como mecanismo del capitalismo global
Para la Teoría Marxista de la Dependencia (TMD), el desarrollo desigual entre países no es un accidente ni una etapa transitoria, sino un mecanismo estructural del capitalismo. La lógica del sistema exige que las economías periféricas se mantengan en una posición subordinada, garantizando el flujo constante de recursos y excedentes hacia los países centrales.
- Explotación económica internacional: Los países periféricos son integrados al mercado global como exportadores de materias primas y mano de obra barata, mientras que las economías centrales se benefician como productores de bienes manufacturados de alto valor agregado. Este intercambio desigual perpetúa el subdesarrollo.
- Industrialización dependiente: Incluso cuando los países periféricos intentan industrializarse, lo hacen bajo términos que los atan a las potencias centrales. Las inversiones extranjeras, las transferencias tecnológicas y el financiamiento externo consolidan relaciones de dependencia en lugar de autonomía.
- Superexplotación de la fuerza de trabajo: La Teoría Marxista de la Dependencia (TMD) identifica la superexplotación como un fenómeno característico de los países dependientes. Para maximizar las ganancias en contextos de bajos niveles de productividad, las elites locales y las corporaciones internacionales aumentan la explotación de los trabajadores, alargando las jornadas laborales, reduciendo salarios y deteriorando las condiciones laborales.
La intervención capitalista en los países periféricos
Desde la perspectiva de la Teoría Marxista de la Dependencia (TMD), la intervención capitalista en los países periféricos no busca cerrar las brechas de desarrollo, sino consolidar la estructura jerárquica del sistema global. Organismos como la CEPAL o el FMI han desempeñado papeles clave en este proceso, ya sea mediante el reformismo o la imposición directa de políticas neoliberales.
La CEPAL: Reformismo funcional al capitalismo
Aunque la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) es conocida por su crítica a las desigualdades del sistema, sus propuestas operan dentro del marco capitalista y terminan reforzando la dependencia.
- Industrialización por sustitución de importaciones (ISI): Aunque la CEPAL propuso políticas proteccionistas para fomentar la industria local, estas dependían de la importación de tecnología, insumos y capital de los países centrales, consolidando nuevas formas de subordinación.
- Alianzas con las elites locales: Las medidas impulsadas por la CEPAL beneficiaron principalmente a la burguesía nacional, que actuó como intermediaria en el sistema global, mientras la clase trabajadora continuaba siendo explotada.
- Mitigación de conflictos sociales: Al estabilizar las economías periféricas y reducir las tensiones sociales, la CEPAL contribuyó indirectamente a mantener el orden capitalista global.
Aunque su discurso es crítico y promueve reformas, la CEPAL, según la TMD, actúa como un amortiguador que legitima el sistema y evita soluciones revolucionarias.
El FMI: El brazo coercitivo del capital global
El Fondo Monetario Internacional (FMI) representa una forma más explícita de intervención capitalista en los países periféricos. A través de la deuda y las políticas de ajuste estructural, el FMI consolida la dependencia económica y política de estas naciones.
- Condicionalidades neoliberales: Los préstamos del FMI están condicionados a la implementación de políticas que favorecen la apertura de mercados, privatizaciones y recortes al gasto público, beneficiando a las corporaciones multinacionales y a los acreedores internacionales.
- Despojo de soberanía: Las decisiones económicas clave son dictadas desde el exterior, subordinando los intereses nacionales a las demandas del capital global.
- Transferencia de recursos: Los pagos de deuda perpetúan un flujo constante de capital desde los países periféricos hacia las potencias centrales, consolidando un modelo extractivo y desigual.

La crítica radical de la Teoría Marxista de la Dependencia (TMD)
Frente a estas dinámicas, la Teoría Marxista de la Dependencia (TMD) rechaza las soluciones reformistas y las intervenciones externas, argumentando que el subdesarrollo no puede resolverse dentro del sistema capitalista. Para los teóricos de la dependencia:
- El desarrollo autónomo es imposible dentro del capitalismo: Las relaciones de dependencia son inherentes al sistema y no pueden eliminarse sin una ruptura revolucionaria.
- La lucha de clases es clave: Los avances reales solo pueden lograrse mediante la organización de la clase trabajadora y la superación del capitalismo, tanto a nivel local como global.
- La independencia económica requiere soberanía política: Romper con la dependencia implica desmantelar las estructuras de dominación económica y política impuestas por las potencias centrales y las elites locales.
Conclusión
La Teoría Marxista de la Dependencia (TMD) desenmascara las intervenciones capitalistas en los países periféricos como estrategias diseñadas para perpetuar la subordinación económica y política. Ya sea a través del reformismo de la CEPAL o del control coercitivo del FMI, estas dinámicas no buscan liberar a los países en «desarrollo», sino garantizar su papel como proveedores de recursos y mano de obra barata para el sistema capitalista global. Desde esta perspectiva, la emancipación de los países dependientes solo es posible mediante una ruptura radical con el capitalismo y la construcción de un sistema alternativo que priorice la igualdad, la soberanía y la justicia social.